La Figueras es la variedad autóctona catalana por excelencia que se distingue del resto por su color rosado, un gusto más dulce, bajo en acidez, y por ser muy crujiente, lo que la convierte en ideal para su consumo en fresco, aunque no por ello deja de ser interesante para la preparación de otros platos. Identificarla entre el resto es sencillo ya que se caracteriza por su forma irregular, más chata que otras variedades.
La cebolla de Figueras se diferencia de las demás porque tiene un sabor dulce, es de consistencia blanda, de color rosado con tendencia a violeta, de forma algo aplanada, de tamaño medio y de unos 200 gramos de peso por unidad. Es fácil de diferenciar sin estar experto.
La cebolla de Figueres contiene vitaminas A, C, E, B1, B2 y PP. Por su alto contenido en diversas sales minerales es muy favorable para la solidez de los huesos y la elasticidad de las arterias. Su contenido en fósforo facilita el trabajo cerebral. En los casos de depresión física o nerviosa, tiene una acción reconfortante casi inmediata. Por su azufre, es un regenerador del sistema nervioso, de la piel y del cabello, del cual favorece el rebrote por fricción. La cebolla es eficaz contra el estreñimiento y la falta de apetito. Facilita la digestión de alimentos harinosos como las judías, lentejas, garbanzos, etc. También es un diurético potente y uno de los más activos disolventes del ácido úrico, por lo que es un antirreumático de primer orden.