La mandarina es un cítrico muy popular. Es parecido a la naranja, aunque de menor tamaño, sabor más aromático y con mayor facilidad para quitar su piel que no se adhiere al fruto. La mandarina tiene pepitas y su pulpa se divide en 8 ó 10 gajos que se separan con facilidad. El sabor de la pulpa es dulce y perfumado y resulta deliciosamente jugosa y refrescante. Aunque un poquito menos que la naranja, la mandarina también es una buena fuente de minerales y vitaminas. Destaca su cantidad de fibra y calcio. Se conserva perfectamente en la nevera durante varios días. Se consume natural y se emplea en cocina y en pastelería.
Naranjas y mandarinas aparecen en invierno en La Cesta Fresca poniendo color y son unas de nuestras mejores aliadas contra los resfriados de los días de frío.
Las mandarinas Nadorcott se seleccionan originalmente por su fácil pelado y su hermoso color encendido. Es fácil reconocer la Nadorcott – la suave piel, ligeramente aplanada es de un naranja rojizo con cierto tono rosáceo. El interior es de un naranja intenso y vivo. Tienen un diámetro medio de 58 mm y por lo tanto son más grandes que las mandarinas Nova o las Clementinas.
La fruta del Hemisferio Norte normalmente está lista para recoger en marzo. La fruta puede cosecharse a lo largo de un periodo de seis semanas sin pérdidas de calidad. En su punto de madurez óptimo tienen una proporción equilibrada de azúcar y ácidez, un alto nivel de azúcar (11% – 14% sólidos solubles totales) y un contenido ácido moderado (0,8% – 1,4%).
Por lo general las mandarinas Nadorcott parecen experimentar pocos problemas de calidad. La temperatura y la humedad influyen en la textura de la piel, que suele ser más suave cuando la fruta crece en zonas costeras y no tanto cuando se cultiva en zonas de interior más secas.