Esta variedad procede de Nueva Zelanda y es una de las más comunes en La Cesta Fresca durante todo el año. De tamaño variable, destaca su piel de tonos amarillos y verdes sobre los que se dibujan estrías rojizas. La piel es fina y su carne blanca, jugosa y ligeramente cremosa. Tiene un sabor dulce pero no demasiado pronunciado, el cual se suele perder si se somete a cocciones, por lo que no es muy recomendable para cocinar con ella. Su cosecha comienza temprano, a finales del verano.
La manzana es la fruta ideal tomar entre comidas matando al hambre y la sed. La forma es redonda y su piel lisa y brillante, de color amarillo a verde a rojo según la variedad. La carne es consistente, siempre refrescante y jugosa. En su corazón se encuentran numerosas semillas de color pardo. Su sabor va desde el muy dulce al muy ácido pasando por toda una mezcla de gustos acidulados y azucarados según la variedad. Es una fuente de vitamina C, potasio y fibras. Tiene características anticancerígenas y antiinflamatorias, reduce el colesterol malo y previene la retención de líquidos. Se conserva en perfecto estado durante días a temperatura ambiente. Se come con y sin piel y se emplea en varias recetas de ensaladas, postres, y platos al horno.