El ciervo se engloba dentro de las carnes negras o de caza. Tiene un sabor similar a la del buey, aunque es mucho más ligera y las fibras son más cortas y tiernas.
Tiene menos calorías, colesterol y grasa que la mayoría de los cortes del buey, el cerdo o el cordero, y es una excelente fuente de micronutrientes como la niacina, potasio, fósforo, hierro, selenio y zinc.
La carne de ciervo, al aportar poca grasa y una cantidad moderada de calorías, puede introducirse sin problemas en dietas de adelgazamiento, siempre y cuando no la cocinemos con demasiado aceite.
El solomillo es el corte de un músculo poco utilizado que se encuentra en la espalda, entre las costillas y el lomo; es uno de los cortes de carne de ciervo más tiernos. Aunque comúnmente es utilizado en los asados, puedes cortarlo fácilmente en filetes para freírlos, cocinarlos a la parrilla o a la plancha. El solomillo estará hecho cuando le termómetro insertado dentro de la parte más gruesa de la carne registre, por lo menos, unos 70°C. Revisa la carne con cuidado debido a que, si se pasa, se pone dura y seca. Siempre deja en reposo el corte de carne antes de servirlo por unos tres minutos.