Lo mejor es que el estofado admite que lo cocinemos con infinidad de verduras, que van a tener un sabor muy rico una vez cocinadas. Como los guisantes, champiñones y setas, alcachofas, coles de bruselas, etc. Y así facilitamos a los niños la tarea de comer verduras.
Cuando queremos preparar un guiso o estofado, normalmente buscamos cortes de carne que sean tiernos, jugosos y que, tras el período de cocción, prácticamente se deshagan en la boca y la carne no quede reseca.
Para hacer este tipo de platos, normalmente buscamos la carne de ternera,
Nuestras carnes preferidas, tanto para guisar con caldo y vino tinto, como para hacer encebollados, son el morcillo, y el ossobuco porque resultan tiernísimos una vez ha culminado su proceso de cocción. A fuego lento en una cacerola tapada, ya sea en la cocina o dentro del horno, estas carnes quedan tiernas y jugosas y se deshacen en la boca tras un estofado de unas horas.
La carne de la zona de la aguja es excelente para guisar previamente cortada en trozos, preparando ragout, o cocinando a la jardinera, con guisantes y zanahorias.
Igualmente resultan estupendas carnes de guisar la aleta, la llana, el rabillo o el redondo. La aleta se suele utilizar para cocinar rellena en asados, y el redondo es frecuente prepararlo tanto en seco como en caldo o algún otro líquido en una cazuela en el horno, pero además de para asar, la carne de ambos cortes resulta también excelente para hacer guisos y estofados en un medio líquido.