La pera blanquilla, también llamada pera blanca de Aranjuez, es una pera de agua muy jugosa, que parece que se desace en la boca. La piel es lisa, fina y con brillo, de color verde, con tonalidades rojizas en las zonas soleadas. Tiene buena conservación en frío. Su carne es blanca, muy jugosa y agradable.
Fruta de mesa reputada, sabrosa y abundante de cualidades medicinales. Su piel según la variedad tiene un color amarilla bronceada, rojo, verde. La carne es blanca fundente, fina o ligeramente granulosa. En el corazón se alojan unas pepitas. Las peras son fuentes de fibras y antioxidantes. Es una fruta hipoalergénica, quiere decir que tiene un bajo riesgo de producir reacciones alérgicas. Previenen el cáncer y la gastroenteritis. A temperatura ambiente maduran rápidamente. Es aconsejable conservarlas en el frigorífico y colocándolas apartadas de otros alimentos que despidan olor intenso porque perderían su aroma. Cuando está pelado empieza el proceso de oxidar. Por ello, en una ensalada de frutas o en una orla se rocía con zumo de limón. Los postres de peras son numerosas y refinados. Las peras también acompañan platos de aves y de caza, y se prepara como entremés.