La Sandía es una fruta muy sabrosa, dulce, muy jugosa y refrescante. Es muy hidratante para el verano y es ideal para los niños y las personas mayores, porque es fácil de comer y les mantiene hidratados. La sandía se suele comer sola, pero se puede poner como ingrediente a una Ensalada de frutas o Macedonia.
La sandía es uno de los mayores frutos que se produce. Tiene la corteza lisa, dura y gruesa y su color es verde oscuro, verde claro o amarillo. Respecto a la pulpa, el color de la pulpa suele ser rojiza o rosada, muy atractiva; la textura acuosa, porosa, muy jugosa. En su interior se encuentran diseminadas numerosas semillas negras. El sabor es ligeramente dulce, refrescante con un exquisito aroma. Su composición es 92% agua, la pulpa es rica en betacaroteno, potasio y fibras. Se conserva en perfecto estado durante dos semanas en un lugar fresco pero mejor no en la nevera porque la fruta es muy sensible al frío. Por lo general se corta en rodajeas que se comen al natural para refrescarse. También se añade a mosaicos de frutas.