La sardina tiene una carne muy delicada y una piel muy escamada que sirve de escudo protector. Es un pescado en abundancia lo que hace que la regulación de la Unión Europea sea estricta con respecto al tamaño de los ejemplares, las zonas, épocas y artes de pesca. Pues se trata de una especie que sirve de alimento a muchísimas otras especies de pescados, que vive en un hábitad cercano a las costas y litorales y, si su pesca, consumo y explotación no se regulan, en poco tiempo, esta especie podría verse en peligro. La sardina petenece a la misma familia que el arenque, la anchoa, el espadín pero su carne y piel son muy distintas a las de otras especies de su misma familia. Esto se debe, entre otros factores, a su alimentación. Ésta se caracteriza por ser muy completa, ya que se alimentan de peces pequeños, plancton, pequeños crustáceos... La sardina más demandada es la Sardina Pilchardus sardina, que habita en el Mar Mediterráneo, su tamaño es medio y su sabor es intenso. Otra de las subespecies más comercializada es la sardina pilchardus pilchardus, que se encuentra en el océano Atlántico, es la que encontramos en las costas gallegas y portuguesas.
Pescado azul por antonomasia, por tanto más graso, energético y con más vitaminas que el blanco, en la calidad de su carne influyen tan solo dos factores : el grado de frescura y época del año en la que se degusta.La sardina constituye, junto con el boquerón, uno de los pescados más saludables y populares en España .Su mejor momento es en verano cuando las sardinas presentan un mayor índice de grasa lo que acentúa el sabor y aroma de su carne. La sardina tiene más cantidad de vitamina A y D que cualquier otro pescado. Admiten multitud de preparaciones: fritas, a la plancha, a la barbacoa, en espeto, guisadas, escabechadas ... resultando un exquisito bocado, sea cual sea su preparación.