Sus propiedades nutritivas son iguales a las de la cebolla, es decir, tiene un amplio contenido de vitaminas y minerales. Además, se le atribuyen propiedades diuréticas, tonificantes, digestivas y afrodisíacas. Se ha comprobado que contienen algunos agentes anticancerígenos.
Se consumen los tallos jóvenes y se puede hacer entre el final del invierno y principios de la primavera europea. El calçot forma la base de las populares calçotades que se celebran en Cataluña, que se han convertido en una fiesta en la que se consumen asados preferiblemente con "redoltes de ceps" (pequeñas ramas procedentes de la poda de las vides) y tienen que hacerse sobre la llama viva, no hay que esperar a que se haga brasa que es como se asaría la carne. Una vez hechos cuando las capas exteriores están negras, entreabiertas y echan una especie de espumita, se envuelven en grupos de 25 aproximadamente en varias hojas de papel de periódico y se dejan como mínimo una media hora para que acaben de cocerse con su propio calor. Se comen pelando las capas exteriores y untando el calçot acompañados de una salsa denominada salvitxada o también con salsa de romesco. Una vez consumidos los calçots y tras lavarse las manos ( quedan completamente negras), se come carne y butifarras asadas sobre las brasas que quedan después de hacer los calçots, todo ello regado con vino o con cava.